Para todos

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Me considero un peatón imprudente, a veces me lanzó a pasar la calle asi vengan carros porque sino es imposible pasar. Eso sí, uso los puentes peatonales, me fijo si vienen carros, a veces hasta camino para cruzar por el lado del semáforo.

Cuando soy yo la que manejo siento que voy a atropellar a todo el que cruza la calle y soy de las que manejo a 10… y digo “que imprudentes son…” odio a las motos y a los taxistas, ah! y a los buses también, mejor dicho a todo el que transite por la vía, me estreso con facilidad y soy demasiado precavida, eso es bueno pero también malo.

Hace dos días atropellaron a un estudiante de mi universidad, él tiene fracturas en la pelvis y quién sabe qué más. Es cierto que la señalización es escasa, que la Universidad pidió a la policía de Tránsito ubicar resaltos, pero que tan sólo pusieron unos pedazos de goma que hoy ya no están. También es cierto que quien conducía el automóvil excedía la velocidad y además que cambió de carril en una calle de doble vía.

Hoy se sabe poco al respecto, sólo algunas hipótesis y claro, los chismes que no faltan, pero lo que llama la atención de todo esto es la toma de conciencia que ha generado en el alumnado, un grupo de estudiantes recogen firmas para que ubiquen verdaderos resaltos o reductores de velocidad para proteger la integridad de quienes deben cruzar la calle para ir las papelerías o a los restaurantes.

La responsabilidad debe ser de ambas partes –y no sólo en este caso en particular- tanto de los conductores que transiten, como de los peatones, es algo sencillo de hacer y que evitaría accidentes como el ocurrido esta semana.